La tecnología está cumpliendo un rol crítico en la contención de la pandemia.

En muchos lugares del mundo, la nueva estrategia para evitar la propagación del virus, al mismo tiempo que se reactiva paulatinamente la economía, es “rastrear el contacto”. Los que ya han sobrepasado el “pico” en contagios, temen que si abren muy pronto sus fronteras o flexibilixan mucho las medidas, nuevos casos aparezcan, y que si lo hacen muy tarde, las consecuencias económicas sean mucho más devastadoras de lo que ya son actualmente.

China ha implementado un sistema de escaneo de códigos QR para determinar “quién puede salir y a dónde”. La aplicación funciona de la siguiente manera: los cuidadanos proporcionan su número de cédula o identificación, así como también los datos de contacto de su teléfono celular. Luego, se les hace un cuestionario completo sobre su estado de salud e historial de viajes recientes. Dependiendo de las respuestas, el gobierno le asigna a cada persona un código y un color. Este color determina tus opciones: Verde significa que puedes salir sin problema, amarillo significa que has estado cerca de alguien contagiado, por lo que debes tomar precauciones, y rojo significa que no puedes salir.

Cómo exactamente se asignan los colores es incierto. Los expertos consideran que esto puede llevar a casos de abuso de poder y problemas con poblaciones marginalizadas.

Para poder abrir sus puertas al público, los negocios chinos deben poner códigos QR a la entrada de sus establecimientos, el cual los  clientes deben escanear para poder ingresar.

“Para entrar a un edificio, no sólo deben tomar mi temperatura y registrar mi nombre, también debo escanear un código que registra a qué lugares he ido en los últimos 14 días” Eunice Yoon.

En Estados Unidos, gigantes de la tecnología como Apple y Google, han anunciado que se encuentran desarrollando aplicaciones que te notifican si has estado en contacto con alguien que ha dado positivo para el virus mediante el uso de tecnología bluetooth. Dichas aplicaciones se encuentran aún en fases de desarrollo y pruebas, por lo que podrían tardar meses en llegar al público.

Los problemas de seguridad y privacidad que estas aplicaciones conllevan, preocupan a algunos expertos, ya que recolectan información confidencial de ubicación y salud de millones de personas. Sin embargo, muchos gobiernos piensan que es una alternativa viable para cuidar la salud y economía de sus ciudadanos.